Traducción culinaria

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Traducción culinaria: desafíos culturales y lingüísticos 

Por Millaray Hurtado

Se acerca el 18 de septiembre en Chile y con esta fecha sus sabrosos platillos festivos. Cada año en este mes, los chilenos se reúnen con familia y amigos en torno a la parrilla para celebrar un nuevo aniversario de la independencia de la nación de la corona española. Hoy en día esta festividad ha cruzado las fronteras nacionales, de manera que turistas de todas partes del mundo llegan a sumarse a esta gran fiesta, así como también los chilenos en el extranjero buscan volver a sus raíces preparando los platos típicos. 

Con este interés del turismo internacional por la comida típica chilena, llega un gran desafío para los restaurantes y locales de comida que buscan ofrecer sus platos al público extranjero no hispanoparlante. Y es allí donde entramos los traductores, quienes, por supuesto, tendremos que contar con las mejores herramientas para resaltar los sabores de esta tierra. Afortunadamente, ya existe una rama de la traducción que se dedica a estudiar y orientar la adaptación de textos del ámbito gastronómico, y esta es, precisamente, la traducción gastronómica o culinaria. 

La traducción culinaria abarca diferentes tipos de textos sobre comida y alimentos, entre ellos menús, cartas, recetas, catálogos, incluso textos literarios y audiovisuales. Cada una de estas tipologías textuales presentan diferentes desafíos para el traductor según cuál sea el objetivo del texto, así como su receptor esperado. En cualquier caso, es indiscutible que estos textos contienen una importante carga cultural de la que debemos encargarnos al trasladar estos alimentos a otra lengua. 

Interculturalidad en la traducción culinaria

Si hay algo que tienen en común los idiomas y las comidas es que ambos son elementos distintivos y propios de cada cultura, incluso podemos decir que no solo constituyen cultura, sino que realmente son cultura. En este sentido, el traductor culinario asume una vez más su rol de mediador cultural, de modo que debe pensar siempre en cómo trasladar el texto a la cultura de destino teniendo el debido respeto por la cultura de origen. Esto nos lleva al viejo dilema de nuestra disciplina: ¿en qué medida llevamos el texto al lector o al lector al texto? 

Por supuesto, no hay una respuesta única e inequívoca a esta antigua discusión, algunos autores apuntan que el grado de domesticación o extranjerización, es decir, de adaptación al receptor o mantención del original, dependerá del tipo de texto gastronómico que queramos traducir, y por tanto de cuál sea el objetivo de este texto, como ya mencionábamos. De este modo, se podría pensar en una traducción más apegada al texto original en el caso de las comidas en los textos literarios; mientras que quizás algunos restaurantes priorizarán adaptar los nombres originales de los platos en su menú de manera que sean claros para sus comensales extranjeros, por ejemplo. 

En términos lingüísticos, debemos considerar que los textos gastronómicos suelen estar cargados de culturemas, entendidos como unidades lingüísticas pertenecientes a una cultura en particular, que en este tipo de discursos no solo se limitan a los nombres de los platillos y de los ingredientes, sino que incluso al uso de utensilios tradicionales, o de determinadas técnicas de preparación. Así, antes de tomar una decisión, el traductor debe contar con gran conocimiento sobre la cultura de origen, de modo que pueda dar la solución de la manera más informada posible. Este conocimiento implica un estudio sobre todos los elementos autóctonos que sea necesario traducir, como nombres de las especies de plantas y animales que varían entre un idioma y otro, e incluso entre distintos dialectos, pero también de los otros componentes culturales que comentamos. 

¿Qué hacer con los problemas de traducción de comida? 

Como siempre, para frustración de algunos y alegría de otros, la respuesta es: depende del contexto. Y en este caso el contexto está dado por el texto, pero sobre todo por los elementos que están fuera de él, es decir, nos encontramos frente a un problema más bien pragmático y extralingüístico, que guiará nuestros pasos a seguir para lograr la mejor traducción posible. Debemos pensar, entonces, en el lector y a la vez en nuestro encargo de traducción: ¿qué pretende el cliente con este texto? ¿qué tanto quiere llevar su cultura al lector? ¿es relevante para quien hace el encargo mantener lo autóctono del texto? 

En nuestra experiencia, muchas veces descifrar esta intencionalidad recae en nuestras propias manos, lo que nos da como traductores la libertad de generar textos en los que podemos despegarnos de la literalidad, y allí la creatividad se vuelve sumamente importante. Entonces, para textos como la traducción de menús, nos preguntamos: ¿qué espera el comensal, probar lo mismo de siempre o adentrarse en nuevos sabores? ¿cómo hacemos llegar esos aromas y texturas a través de la palabra escrita? Sin duda es un gran desafío que, a su vez, involucra todos los otros problemas que hemos revisado. 

Dependiendo de otros factores, como la cantidad de caracteres o espacio disponible, una posibilidad es describir los platillos a modo de nota, o utilizar otros recursos como breves explicaciones entre paréntesis. Por ejemplo, si nuestro plato es “lomo a lo pobre”, podemos hacer una traducción extranjerizante y dejar el su nombre intacto en español junto a una descripción: “Lomo a lo pobre (steak with fried eggs, onions, and fries)”. En caso de no poder agregar una descripción, una buena solución en este caso podría ser darle a este plato un nombre de fantasía como “Chilean steak frites”, de esta manera se entiende que es una forma particular de servir la carne y no genera la ambigüedad de una traducción literal como “Poor man’s-style beef”. Incluso, una tercera alternativa más extranjerizante podría ser utilizar el nombre de un plato similar de otra tradición gastronómica, en este caso serviría el platillo estadounidense “Steak and eggs”. 

Otra dificultad por solucionar son los nombres de los ingredientes, debemos ser particularmente cautelosos con esto en la traducción de menús, y sobre todo de recetas. Te recomendamos en estos casos siempre investigar el nombre científico de determinadas especies de plantas o animales que puedan ser endémicas de una zona, para así averiguar si existe un equivalente en el idioma de destino para esa especie en particular. De ser posible, siempre es recomendable consultar en bases terminológicas para evitar errores. Y, en esta misma línea, también te recomendamos estar atento a los falsos amigos que se hacen presentes en este tipo de textos, algunos de los más conocidos son “jam” y “salad”, que fácilmente se confunden con “jamón” y “salado” en español, por lo que siempre es bueno auto revisar nuestras traducciones, son cosas que se pueden pasar por alto en una traducción hecha en un plazo apretado. 

Traducción culinaria en acción: recetas típicas chilenas 

Por supuesto, no podíamos dejar pasar la oportunidad de poner en práctica todos estos consejos compartiendo algunas recetas de las preparaciones típicas de la celebración de las fiestas patrias chilenas, en español e inglés. ¡Anímate a prepararlas en casa! Aquí van: 

Empanadas de pino

Empanada de pino (10 unidades) 

Ingredientes para la masa: 

  • ½ kilo de harina sin polvos de hornear 
  • 100g manteca  
  • 30 ml vino blanco 
  • 1 cdta de sal 
  • Agua tibia 

Ingredientes para el pino:

  • 2 cebollas grandes en cubitos 
  • 500g posta rosada molida o carne de soya hidratada 
  • 10 aceitunas negras 
  • 3 huevos duros en cuartos 
  • 1 cdta de orégano, ají de color, ajo en polvo, comino y pimienta 
  • Aceite 
  • Sal 
  1. Preparar el pino: calentar el aceite en una olla o sartén, agregar la cebolla y cocinar a fuego lento hasta que esté transparente. Agregar la carne molida o de soya, condimentar con orégano, ají de color, ajo en polvo, comino y pimienta (opcional), incorporar todos los ingredientes, tapar y dejar cocinar. Por último, agregar sal a gusto, apagar la cocción y dejar enfriar. Es importante que el pino esté frío antes de rellenar nuestras empanadas. 
  2. Preparar la masa: mientras nuestro pino se enfría, preparamos la masa. Ponemos la harina en un recipiente profundo y formamos un hueco en el medio, vertemos allí la manteca previamente derretida y agregamos sal, mezclamos. Luego, agregamos el vino e incorporamos de a poco el agua tibia, hasta que la masa esté manejable pero no pegajosa, amasamos sobre un mesón enharinado hasta obtener una masa lisa. Volvemos a poner la masa dentro del recipiente, lo tapamos y dejamos reposar al menos 30 minutos. 
  3. Armar las empanadas: primero, estiramos nuestra masa con un uslero hasta que quede de ½ cm de espesor aproximadamente y cortamos círculos de 20 cm, nos podemos ayudar con un plato como medida. Luego, rellenamos la masa con dos cucharadas de pino, una aceituna y un trozo de huevo duro, dejando los bordes libres. Humedecemos los bordes con un poco de agua, doblamos la masa, la pegamos y doblamos con los pliegues tradicionales. Finalmente, pintamos la masa con huevo batido o aceite. 
  4. Precalentar horno a 180°C, mientras engrasamos o enharinamos las bandejas y ponemos nuestras empanadas. Hornear con calor envolvente por 30 minutos o hasta que la masa esté cocida y dorada. ¡Servir y disfrutar! Puedes acompañar con un buen vino tinto. 
Choripán con pebre

Choripán con pebre

Ingredientes para el choripán: 

  • 10 chorizos de cerdo o veganos 
  • 5 marraquetas 
  • Mayonesa (opcional) 

Ingredientes para el pebre:

  • 3 tomates 
  • 2 cebollas 
  • 1 ají verde 
  • 2 dientes de ajo 
  • 1 paquete de cilantro 
  • 2 limones 
  • Sal 
  • Aceite  
  1. Preparar el pebre: picar la cebolla en cubos pequeños, amortiguar con sal y jugo de limón, reservar. Cortar de la misma forma el tomate, ají y ajo, también picamos el cilantro finamente. Enjuagar la cebolla y mezclar todos los ingredientes en un recipiente, agregar limón y sal y revolver. ¡Listo nuestro pebre! 
  2. Preparar el chorizo: distribuir los chorizos en una parrilla previamente encendida a una temperatura ideal. Asar por aproximadamente 10 minutos por cada lado, hasta que estén cocidos y crocantes por fuera. Mientras se asan los chorizos, dividimos las marraquetas, les sacamos la miga y las calentamos en la parrilla hasta que estén ligeramente tostadas. 
  3. Armar el choripán: una vez que esté todo listo, armamos nuestros choripanes poniendo un chorizo en cada media marraqueta. Servimos agregando pebre y/o mayonesa como aderezo. ¡Buen provecho! 

Terremoto

Terremoto

Ingredientes:

  • 1 litro de helado de piña 
  • 1 litro de vino pipeño 
  • 100 ml de granadina
  1. Poner en una jarra 300 ml de helado de piña, agregar la granadina y completar con un litro de vino pipeño, revolver para integrar los ingredientes. 
  2. Servir en vasos un par de cucharadas de helado de piña y llenar con la preparación anterior. ¡Y listo! Puedes ir ajustando la proporción de helado-pipeño según sea tu gusto, ¡que lo disfrutes!  
     
    Esperamos que hayas disfrutado este recorrido culinario en la víspera de las fiestas patrias chilenas. En caso de requieras traducir textos de esta especialidad, en nuestro equipo contamos con hablantes nativos de inglés y de español chileno, por lo que estamos capacitados para dar las mejores soluciones a tus propuestas gastronómicas. ¡Felices fiestas patrias! 
     
    Referencias 
    https://ddd.uab.cat/pub/tfg/2017/tfg_67408/Deliciosa_traduccion_DominguezAida.pdf 
    https://helvia.uco.es/bitstream/handle/10396/28530/ESTFA9_3.pdf?sequence=1&isAllowed=y  
    https://webs.uab.cat/txicc/wp-content/uploads/sites/309/2016/11/Huang-Siran_extranjerizacion_y_domesticacion_de_la_traduciion_gastronomica_segun_la_tipologia_textual.pdf